lunes, 23 de mayo de 2011

Reflexiones*


Se quebró en ángulo de mis tristezas
Y en toda la esquina de mi desesperación
Hay un grillo noctámbulo llorando la amargura de mi vida…
El alma tiene cientos de ojos,
El alma tiene millares de ojos,
Ojos que lloran anclas opacas,
Anclas topres que descienden al país de los lamentos.

El ansia,
Aquí en el pecho,
Diez dedos estrujando una agonía tonta,
Apretujándola por años,
Por toda una vida…
¿Por qué no hacer una soga con todos los recunerdos,
En una noche cualquiera,
Colgarse entre las ramas del árbol más inmenso de la ciudad del vicio?
Se curvan ya los pasos
Y los ojos cargados de estampas desteñidas
Se han quedado enredados,
Buscando en el camino
Aquella primavera que borró la retina…

¿Has escuchando el canto de las máquinas?
¿No has escuchado sus reclamos torvos en una noche obscura?
Ruidos como sollozos largos y apagados,
Ruidos estridentes,
Lamentos enormes,
Gritos de agonía que acuchillan las venas
Por bajo la piel fría
Y ese ronquido intermitente y triste,
Un jadear de fierros y triste,
Un jadear de fierros ya cansados?
¿No has escuchado el canto de las máquinas en una noche fría?

Así llevo la vida…
Es una noche obscura con millones de ruidos
Rasguñando y lacerando
Los oídos ya cansados,
Con la tremenda angustia de sentir los lamentos
De los despavoridos,

Así llevo la vida
Flagelada de ruidos…

Las sombras,
¿Te han seguido las sombras?
Ya sólo veo sombras en todos mis destinos.
Sombras llenando huecos y
Sombras en los vacíos.
Acechando
Acechando en los caminos,
Acechando en manojos
Como garras estendidas,
Como zarpas oscuras,
Esperando y abriendo las uñas a la melancolía.

¿Te han gustado las sombras?
Yo llevo las sombras,
Las voy dejando todas, por todos los caminos
Y sé que soy
Tan sólo
Una mísera sombra sin forma
Y sin sentido.

¿Has pensado en el invierno,
En el hielo, en el frío?
¿No has visto cómo se dobla una espiga
Con el peso de la nieve?
¡Ay! Si vieras tras mis muros agonizando la vida,
Si oyeras tú mis gritos entre el cierzo y el frío
Y ateridos los dedos
Trepando por mil bloques de hielo cristalino,
Tal vez, tal vez comprenderías.

La nieve cayó al páramo
Y el páramo es mi vida.

Es por eso que digo
Que me he llenado hasta los bordes de mi tristeza,
Que tengo tantos ojos llorando por mi vida,
***
Que estoy despavorido,
Que llevo en esta noche
Un tropel de sollozos, de gritos sin sentido,
Y que la nieve del páramo sangra en mis heridas.

Por eso
Con mis penas,
Con todos mis lamentos,
Con mi tremenda noche agobiada de frío
¿Por qué no hacer la soga
Que ha de colgarme un día
De la rama más alta del árbol de la vida?

*Joaquín Gálvez (Abuelo)
Enero 13 del ’47.

*** La página está rota. Es  imposible leer la frase.

1 comentario:

  1. Vez numero 1000 que publicas esto. ¿No será tiempo de que te las des tú de poeta y escribas algo parecido :)? Just saying. Yo creo que me merezco un poema. Estoy hiperventilada para variar.

    :B

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